lunes, 15 de julio de 2013

EquilibrIdeaS


Si acaso la pupila sostuviera la idea funambulista
seguramente pudiera ejecutar un “relevé” sobre el latir
y cabriolas imposibles en el aliento.


Los sueños, entonces, se agolparían en la entrada de los labios
para disfrutar gratuitamente de la función
de entrada libre hasta completar aforo.
Los aplausos resonarían huecos y cálidos en las entrañas
y vibrarían los vítores a través de las venas
hasta disiparse y expandirse
desde el ombligo hacia el universo.
Caerían los párpados sobre el escenario
y las fantasías satisfechas abrirían sus paraguas
para salir del teatro y regresar a sus casas,
acurrucándose en las expectativas
y esquivando charcos al unísono
al ritmo de la melodía que aún resuena.

Pero, claro está, esto sólo sería
si la idea fuera sostenida por la pupila
en su acrobacia del más difícil todavía.

martes, 9 de julio de 2013

DESASTRE TECNOLÓGICO


Mi impresora dejó de imprimir,
se puso a parpadear incesantemente
en un frenético rotar de luces,
hasta llegar al electroencefalograma plano.
Mi portátil no quiere cargarse más,
dice que ya está agotado y que debo renovarle,
será por tantas letras y tantas noches alumbrando salones.
Mi teléfono tiene una efímera vida,
apenas unas cuantas horas de charla y mensajes,
de emoticonos y frases breves.
Mi ebook es quien decide cuando debo dormir
y después de 100 páginas se apaga.

¿Será un fallo de energía?
Busco dónde conectar tanto artilugio,
pero no encuentro la toma de corriente adecuada,
así que dejo que las baterías se agoten,
que se vaya oscureciendo la pantalla
hasta quedar sin aliento ni resuello.
Suspirando hondo y ovillándote.
Posando las manos en el regazo
y consumiendo a bocanadas
el aire inagotable
que te ha de convencer de que aunque nada cargue
imparablemente sigues funcionando.

TORPEZA


Porque al final…
ante la vitrina de copas relucientes
la torpeza se impone
y el esmerado cuidado de antaño
resulta vano entre las manos.

Porque al final,
las prisas provocan rayones en el alma
y muescas irreparables en las jambas
que enmarcan puertas cerradas
y cerrojos de llaves tiradas al mar.

Porque al final
los botes de pintura se derraman al suelo
y se salpican las paredes
de translúcidas goteras
que escurren lentas y dolorosas.

Porque finalmente,
la torpeza se impone
y todo regresa a su inevitable caos
hirientemente inherente.

lunes, 8 de julio de 2013

·

Al final, lo único necesario para la intersección entre X e Y es un punto,
un punto redondo, preciso, limitado únicamente a expandirse lo necesario para que dos líneas se crucen;
un punto que no sirve para nada más que ensancharse hondo y aunar dos líneas hasta ahora distantes,
y a partir de ahí el punto se desvanece, quedándose hueco, hasta ser un contorno, un círculo, un cero.
Una vez resuelto el problema aritmético ya nada tiene sentido ni fin.
Sin embargo, este arte de la conexión no es tan sencillo, requiere un profundo conocimiento de las lineas y secuencias, de los billones de puntos minúsculos que conforman a X y a Y o a Z y una vez reconocidos hallar el punto perfecto de intersección .
Y ahí todo acaba porque ya nada ajeno encaja.
Es así de simple.
Es así de complejo ser un punto que intersecciona líneas aparentemente distantes.

sábado, 29 de junio de 2013

REGRESO

Cómo puede ser que se borren del alma
las sensaciones grabadas.
Cómo es posible que se vuelva ajeno
aquello que impregnó toda tu vida (excepto 731 días).
Cuándo se han extraviado de tu memoria los pasillos y recodos.
Cuándo se ha vuelto el suelo firme un terreno inhóspito.
Avasallado por sentirte extranjero
la tristeza pesa en los rincones
que hoy eres incapaz de reconocer como tuyos.
¿Cuándo es que sin darme cuenta sucedió todo esto?
Hoy nada es tuyo, nada te es propio, 
ni lo de aquí ni lo de allí,
ni lo que moraste ni lo que habitas.

Transeúnte de la memoria y el recuerdo,
pósate en el tercer banco del parque, a la sombra...



miércoles, 19 de junio de 2013

PENSANDO BAJO LA LLUVIA

Y hoy quizá porque la lluvia ha desdibujado todas las siluetas que estaba formando, porque ha embarrado todos los colores y emborronado las letras y sus acentos. Quizás hoy, por culpa de la lluvia, todo ha calado en la tierra infértil y recobra un sentido nuevo o tal vez porque después de una noche de pesadillas nos queda una agónica necesidad de entender. En cualquiera de los casos hoy llueve y hoy asocio la necesidad de arcoíris, las pesadillas y el sentido de lo éxtimo.
Porque ¿qué hay mejor ubicado en nuestra extimidad que las pesadillas y sueños? esas películas que vivimos y sentimos no-conscientemente y que son realmente cuerpos extraños que nos revelan lo más íntimo de lo íntimo, es decir, lo éxtimo. Y al igual que cuando despertamos ansiamos refugiarnos en nuestros recodos más calmos, cuando llueve y sale el sol, tenemos el frenético instinto de buscar un arcoíris que nos llene de ilusión.
Hay quienes nunca buscan arcoíris, hay quienes cuando llueve esperan que un rayo de luz atraviese las nubes para encontrarlo, la verdad es como si esto dijera tanto de nosotros mismos…
El caso es que ya no voy a hacer un discurso sobre este curioso concepto que he conocido recientemente que es lo éxtimo, ni voy a hacer una historia sobre el buscador de arcoíris, ni voy a hacer una sopa de letras con las pesadillas y pescadillas, empanadillas, ensaladillas, buhardillas ni marisabidillas.
Hoy todo se ha revuelto y os mostraré mi extimidad más allá de metáforas y teoremas: Arrastrando aún esa terrible sensación de angustia por los temores incomprensibles que nos aturden en las noches frágiles, es decir, en esas noches en las que rompes en añicos una y otra vez tus sueños; arrastrando, como decía, esa sensación espero mientras veo llover por la ventana ese rayo de luz que desencadene un arcoíris y que me haga sentirme no sólo una niña, sino una niña esperanzada.

Pero la verdad es que hoy se ha revuelto todo, y lo cierto es que cuando los colores del arcoíris se revuelven y se mezclan el resultado es el negro. 

domingo, 2 de junio de 2013

MANIFIESTO DE LA CONCIENCIA ENFADADA

Una imagen no vale más que mil palabras.
Porque la imagen es una, las palabras son miles, miles de emociones, sentimientos, opiniones…. y aunque sea de letras, hasta donde sé, más de mil vale más que uno.

Subjetividades que nos imponen como objetividades.
Imposiciones de verdades absolutas que nos doblegan.
Detrás de una imagen hay más de mil historias (con sus millones de palabras) de la que yo me empeño en hacerte creer, sin maniqueísmo ni politicismos de saldo.
Me niego a dejarme convencer de que lo que veo es simplemente una única cosa, porque son tantas… me niego a dejarme mediatizar y manipular por la imagen elegida concienzudamente para hacerme creer lo que quieran que crea.
Me niego a que no exista un límite, un mero valor para la manipulación por medio de las imágenes, que deba ser conmovida, impactada, dolida, herida, que todo valga… que mi ser pueda ser encaminado sin condescendencia ni misericordia hacia las imágenes que se empeñan en clavarnos hasta el alma.
Reniego de tener que estar haciendo exactamente eso mismo, el buscar el cartel impactante que te lleve a mi objetivo.
No me creas, no me hagas caso… desdéñame, quédate sólo con la esencia, con la límpida raíz que se desdibuja tras los límites casi amorales de esta sociedad.
¿Sabes qué? Me haré objetora de conciencia de la imagen manipuladora, narraré la historia y su valor, te impactaré con las puras palabras que dicen lo que quieren decir sin artificio ni photoshop, sin bandas sonoras que te ericen el cabello, sin apelar a conciencias ni sentimientos… y quizá así… si encuentras los minutos necesarios para leerlo y dejarte calar por lo escrito y te conmueves y te erizo el cabello y las lágrimas te asaltan y te brota del pecho la necesidad de cambiar este mundo…  quizá así, si esto sucede, podré considerar mi deber bien hecho y cuasiperfecto. Porque la verdad debe ser salvífica. 

Pero somos hijos malcriados de nuestro tiempo… y a mis versos les busco la imagen perfecta: aquella que te llame la atención y te ponga ante mis palabras, frente a frente y a veces erráticamente predispuesto (pues es prácticamente imposible encontrar esa exactitud).
Pero somos padres consentidos de nuestro empeño y sé, que si no pongo una imagen, siquiera vas a leerlo (entonces, pues, mi soberbia puede más que cualquier alegato o manifiesto).
Así que hoy yo, que los marcos de mi casa están rellenos de versos… porque no he encontrado las imágenes que quiero que me acompañen, pero sí las palabras con las que resguardarme, yo que llevo media tarde haciendo lo que no quiero… me atrinchero.





miércoles, 29 de mayo de 2013

LÍMITE

Tan sólo unos centímetros nos separan del precipicio que nos arroja vertiginosamente hacia los límites, tal vez infranqueables, tal vez circunstanciales.
Tan sólo un par de piedras, un trozo de tierra y un puñado de hierba:
tan sólido como inestable.
Tan sólo unos segundos nos separan de la locura que nos arrastra irrefrenablemente hacia la frustración, tal vez contenible, tal vez incontrolable.
Únicamente un par de pensamientos, unas sutiles emociones y el recuerdo de una mirada:
tan firme como versátil.
Tan sólo unos centímetros y unos segundos nos separan de la destrucción que nos dispara precipitadamente hacia el vacío, tal vez voraz, tal vez devastador.
Tan demoledor como salvífico.

Siempre tardía, la conciencia se impone cuando desdeñaste aquellos segundos y huiste de aquellos centímetros y en la caída al vacío todo es revelado. 

jueves, 23 de mayo de 2013

TRASCACHEANDO...


Hay lugares donde sólo se detiene el paso,
donde únicamente se puede reposar la cabeza,
descalzar los pies y aflojarse los pantalones,
desabrochar la camisa y lanzar el peso al suelo.

Hay recodos latientes donde exclusivamente
se frena los segundos necesarios para seguir respirando,
donde se inspira el alma
y la clarividencia se instala.

Hay parajes donde encuentras una mesa puesta
y una cerveza fría o un té caliente,
y tal vez una mano que serena,
y quizá unos brazos que acallan.

Hay remansos cálidos donde el alma se silencia
y al son del susurro que apacigua
el cuerpo se acompasa,
y cuando todo está en paz y calma
únicamente se puede alzar la cabeza,
calzar los pies, apretar los pantalones,
abrochar la camisa y recoger el peso tirado al suelo
y proseguir el camino paso a paso
sin volver la mirada al trascacho
a veces vacío, otras solitario,
en ocasiones, temporalmente, habitado.
Alentando estático,
siendo el más fuerte de los cerros
y el más endeble de los páramos.


viernes, 17 de mayo de 2013

SERPIENTE CLAVADA

Escultura de ARISKI


Serpiente aferrada
al tobillo (izquierdo para ser exactos)
Reptando los muslos.
Desdeñando subterfugios.
Enroscándose en la cintura
para clavar los colmillos al vientre.

Yedra enredada
a la mano (derecha para ser precisos)
Deslizándose por el brazo.
Enrollándose a la nuca.
Anudándose en el pecho
para echar raíces.

Llueven los aullidos
como rocío silente
por un tronco sin resuello.

Serpiente aferrada para echar raíces
al tobillo y  mano asida,
al pecho y vientre clavada.

sábado, 4 de mayo de 2013

DAFNE

y en luengos ramos vueltos se mostraba (Garcilaso: soneto XIII)





Esta Dafne no será perseguida por ningún Apolo.
Ningún Zeus se esforzará en salvarla.
Apolo la dejará enraizada en el barro
por las molestias de que a media noche
las hojas de laurel se te claven en la cara.
Nadie salvará a esta Dafne porque nadie la persigue por el parque.
Nadie la vigila en silencio, ni observa sus temores sin aliento.
Porque ¿quién es ella si no una más
del montón de ninfas promiscuas y bastardas?
Esta Dafne que corre sin resuello es,
sencillamente, estúpida sin remedio.

A (CONTRA)PROLUZ


Me encelo de la luz porque estoy a la sombra.
Miro con envidia deseando estar del otro lado,
donde los rayos choquen en mi ventana,
y la abra y me limpie de oscuridad.
Pero estoy a la sombra,
donde sólo puedo mirar celosa la luz
sin sentirla caldeando mi pecho,
donde ella no viene a mí si yo no me levanto del sillón
y bajo al parque y me siento a la luz bajo los árboles
mientras los viandantes miran curiosos
a una joven radiante.
Pero me quedo sentada en mi sillón a la sombra,
mirando recelosa esa luz que sí tiene la otra orilla
y me enfurezco por sus persianas casi bajadas,
sus ventanas cerradas y sus cortinas corridas.
Tienen demasiada luz que no soportan
mientras yo ensueño desde la sombra
que algún día esa luz será también mía.
...................... a contraProluZ..............................

viernes, 3 de mayo de 2013

CORTOCIRCUITO I_I



Adoro esos días en los que todo parece llevarte al mismo punto y pensamiento. ¿Para qué gran y loable hecho? Para nada. Simplemente para nada.
Es como un ronroneo constante de aquello que te circula por la mente y que te hace saber que ese es el hilo que debes hilvanar. Así se van uniendo pensamientos, tesis y antítesis sobre una misma idea hasta que finalmente todo está ya preparado para arrojarlo a borbotones.
Un monotema que te enrolla, que te persigue y estrangula hasta que toma forma de algo y que mientras tanto va enredado en el estómago como un sentimiento de un no sé qué que qué sé yo que quiere salir y no sabe cómo.
El caso es que sigo enredada y sin comprender las absurdas conexiones de mi mente, esas que me hacen olvidar el título, autor, fecha y argumento de un libro, pero que al volver a releerlo me llevan a mi primera lectura, al sitio, espacio y emociones con las que por primera vez iba descubriendo esas palabras.
Recuerdo (y cuando digo recuerdo quiere decir que lo veo tan nítido como en una fotografía) haber leído este libro, hace por lo menos catorce años, en el sillón verde (y no el que ahora está) de mi padre en la sala de estar, con las rodillas dobladas y los pies descalzos sobre el asiento, dejando que los rayos de sol entraran por la ventana y me calentaran, recuerdo la emoción de averiguar por qué es un libro tan fascinante y mi conmoción al sentirme yo entre esas páginas. Pero pasado el tiempo no recordaba su argumento, incluso ahora que vuelvo a leerlo, recuerdo vagamente algún personaje, pero nada de la trama, he olvidado su final y lo releo como un libro nuevo pero sentada en mi sillón marrón con rayas naranjas y donde el sol apenas se acerca a rozar el alféizar de la ventana, recuerdo desde el primer párrafo porqué lo sentí tan mío y cierro los ojos porque me llega el familiar olor del sillón de casa de mis padres. Disfruto de esta nueva lectura evocando aquel primer encuentro y entonces dejo a un lado el libro para afanarme en comprender los extraños cortocircuitos que se producen en mi mente, estos inconexos misterios que me hacen olvidarme de informaciones relevantes de la vida, datos, conversaciones, fechas y que sin embargo me enlazan a fragmentos etéreos y visuales. Esto es mi memoria, esta es la armonía de mi conciencia.
A veces, intento esforzarme por recordar las palabras de una imagen, cuando en ese momento crítico te dicen te acuerdas de lo que te dije”… y yo recuerdo el entorno, las posturas, el sitio, las sensaciones, hasta cómo tintineaban las luces, pero soy incapaz de recordar las palabras se me han esfumado y no las alcanzo aunque consiga recordar el movimiento de los labios pronunciándolas.
Puede ser que tenga algún sendero de la memoria cortado al tráfico, ya estuvo una vez la aorta en obras, quizá por eso no se imprimen las palabras en el recuerdo. Quizá sea que ya tengo tantas palabras en la mente que no caben más y por eso no dejo entrar las ajenas, que mi sistema inmune las rechaza porque ya son demasiadas y más palabras podrían provocar un atasco de dimensiones épicas y entonces las palabras por crear y las palabras vividas se chocarían y provocarían un apocalíptico colapso y ya no sabría las que me pertenecen y las que son prestadas, porque no habría más que lexemas desmembrados por el suelo y sílabas huérfanas y acentos viudos y polvo y ruido por todas partes y todo sin paz y sin latido.
O quizá, simplemente, es que sea tan desastre como dicen que soy.

miércoles, 1 de mayo de 2013

CORTOCIRCUITO


¿Qué indescifrable sinsentido es el que une y enlaza los pensamientos en el caminar?
        De ida iba pensando que conozco la ternura casi tanto como la locura y el espanto de esa rabia que nunca y nada cambia. 
Luego comencé, no sé por qué a devanar la palabra reconfortar, desmenuzándola como un tabón de tierra reseca: re con fortar. volver a dar fortaleza y fuerza, pero con, esto lo cambia todo sin duda, lejos de fortalecerte y reforzarte, al otro extremo de forzar y forcejear, ajeno del esforzarte en fuertes contrafuertes reconfortar qué grandiosa palabra.
         Regresé pensando en que siempre necesito crear palabras nuevas para las emociones que me invaden, intentando encerrar tantas ideas y sentimientos en apenas dos palabras que lo significaran todo, que dijeran exclusivamente eso que tenía dentro: violencia cósmica. Estaba llena de violencia cósmica.
Pero de pronto pasó una pelota delante de mí y entonces pensé que existen dos personas, las que según se acerca una pelota la patean y las que la dejamos pasar de largo, y se me olvidó todo lo que antes estaba pensando y me pregunté a mí misma qué extrañas conexiones son las que tenemos en el cerebro y supe que conozco la locura, casi tanto como la ternura y el espanto de esa violencia que te invade y que nunca y nada cambia.

jueves, 25 de abril de 2013

TONTERÍAS DE UN 25 DE ABRIL MIENTRAS ESPERO A QUE ME ENTRE HAMBRE


Hoy estoy…


  

#
Al pan, moje
y al vino, gaseosa.
A palo seco no me trago nada.
#
Soy mujer de muchas letras
y pocas palabras.
#
Antes iba y venía,
pero me cansé de ir y venir
y tuve que decidir
si venía e iba o si iba y venía.
Me quedé, es decir,
que ahora estoy, aquí,
en alguna parte,
donde no tengo que ir y venir
como hacía antes.
#
Hasta ahí.
Ni más ni menos.
He dicho lo que había que decir
con todas y cada una de sus palabras:
consonantes, vocales y acentos incluidos.
No hay más que añadir,
no hay nada que quitar.
No recuerdo si había más motivos,
pero lo que está, lo está en su justa medida.
El caso es que eso es lo que quería decir
y eso es precisamente lo que he hecho,
justo aquí: en el punto final.

viernes, 19 de abril de 2013

LO QUE PASÓ EN ALGÚN MOMENTO



¿Cuándo se perdió la intensidad?
¿Cuándo fue que todo comenzó a tener la misma cadencia?
¿Cuándo se ajaron las pupilas del mirar hondo con ese no quedar en donde se halla la diferencia?
¿En qué instante fue que los latidos se acompasaron al paso cansino,
que las palabras se reprodujeron en farfullas vanas,
en qué puchero hirvieron el amor y la rabia?
Envidia, pasión, coraje, frustración, espanto, ternura…
aún a dentelladas
              ¡libradme de ser mansa!


lunes, 8 de abril de 2013

ESAS DUDAS QUE TE ENTRAN



A veces me pregunto si alguien, en algún otro lugar, habrá dicho lo mismo que yo he dicho.
Si no habrá usado mis mismas palabras para describir iguales emociones.
Si en otra lengua no habrá asociado las mismas ideas e imágenes que yo he conectado.
En definitiva, si no estaré plagiando estas náuseas existenciales.

LOBO aFEROZ



El lobo feroz estaba en crisis.
Retirado en un apartamento de dos habitaciones en el centro de la ciudad se había ido olvidando del bosque, de cerditos, de las caperucitas y de incautos caminantes.
El programa de reinserción social había sido un gran paso después de que el R.D. 1/3018 aceptara a los hombres lobo como ciudadanos de pleno derecho y el estado de bienestar se afanara en los programas de reinserción social de esta minoría pseudo-étnica en riesgo de exclusión.
Reprimido su instinto por el alcohol y algún que otro opiáceo intuía pasar las lunas, y las intuía porque desde su ventana en el centro de la cuidad era imposible ver un claro de cielo.
Él no era un hombre lobo, era un lobo a secas, un lobo “desferocizado”, un lobo aferoz al que nadie teme y se canturreaba la cancioncilla de Disney con una mueca irritante ante el espejo “quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo…al lobo feroz” y se dejaba caer en el sofá con un regusto en las entrañas a frustración y apatía.
        Un trabajador social le visitaba una vez al mes, era el único momento en que ponía en orden su mundo (el exterior, claro): limpiaba la casa, planchaba la ropa, sacaba del frigorífico toda la comida estropeada, lavaba los cacharros, se deshacía de las botellas vacías, se lavaba y recortaba sus melenas para tener una apariencia digna de un lobo metrosexual, que es lo que se esperaba de él. El imbécil del asistente le traía un kit con comida y millones de panfletos sobre cursos, trabajos y folios y folios de encuestas y test que debía completar para asegurar a la sociedad que era un lobo rehabilitado, feliz e inmensamente agradecido por esta oportunidad de cambiar su vida.
El lobo es un ser de manada, en el bosque vivía con su libertad coartada por los límites de la reserva, con una rutinaria vida: dormir hasta tarde, correr un poco, buscar algo que comer y disfrutar de las noches con su manada hasta regresar al amanecer a su guarida, así noche tras noche. 


Un día pensó que la civilización le haría libre, que disfrutaría de la gente, de nuevos retos, de supermercados donde abastecerse de alimentos, de un trabajo honroso y que en la noche podía seguir con su manada buscando lunas, pensó en cómo sería follarse a caperucitas en lugar de comérselas, dictaminó tajantemente que cuando se es un lobo feroz nada, por mucho que todo cambie, va a lograr que pierdas tu animalidad arraigada genéticamente tras generaciones de lobos feroces y documentada por siglos de devastadoras historias.
Pero entonces el trabajador social llegaba mes a mes con sus encuestas y teorías y sus mismas preguntas mes a mes: ¿cuáles son sus metas, sus objetivos de fututo? ¿quiere una familia, alguna mujer loba que le ocupe sus pensamientos? ¿qué piensa hacer con su vida? ¿cuál es su nivel de satisfacción del programa?... ¿me permite una muestra para asegurarnos de que no se ha comido a nadie?... sus vecinos se quejan de mucho ruido por las noches ¿insomnio por la luna llena? ¿quiere que concertemos una cita con el psiquiatra para tratar los trastornos del sueño? ¿cómo va la creación de esa red de apoyo, ha hecho amigos? bla, bla, bla, bla…. si hay un momento en que el lobo tenía que demostrar su rehabilitación era ante la presencia de ese hombrecillo desgarbado con gafas de pasta y una torre de papeles encima de la mesa, hablando y hablando, preguntando y preguntando. Dos horas después recogía toda su palabrería y su papelería y se cerraba la puerta, entonces el lobo se abría una cerveza y se arrinconaba en el sofá para entrar en crisis y eso era algo nuevo para él. Se había enfrentado al hambre, la falta de libertad, el celo, las trampas de los cazadores… pero no a esto: nada es como debía ser (o eso es lo que le decía aquel insulso hombrecillo que ni siquiera era apetecible), que no tenía nada de lo que debía tener, que ningún objetivo estaba cumplido, ninguna meta alcanzada y nada loable estaba hecho. Por lo visto simplemente vivir y sobrevivir sin grandes riesgos no es algo aceptado.
Lobo feroz-aferoz–manso sabía que eso determinaba que era un fracaso social y que en el transcurso del tiempo en que había andado en proceso de desferocización todo a su alrededor había seguido girando, que era tarde para muchas cosas y que ya no tenía ganas de otras, que en lo que se dedicaba al autoconocimiento y la introspección iba perdiendo oportunidades, era consciente de que estaba abierto a todo y encerrado en sí. Sabía, o eso creía saber, que si un lobo feroz no es feroz no es más que un perro de compañía que solo acude a recoger las migajas cuando el amo lo llama. 
Estaba tan seguro de sí mismo y su animalidad que cuando vio que nada era como debía ser, entró en crisis.
Lo sé porque vino a verme.

Que ¿quién soy yo? Soy la rana que convenció al lobo feroz para que cambiara de vida segura de que si él podía convertirse yo podría algún día transformarme en princesa.
Esto es lo que hay. Otro día, con más tiempo, os contaré cómo caperucita terminó siendo una ramera.

domingo, 31 de marzo de 2013

TRAZOS Y RETAZOS



Subsistiendo de “diminutos instantes inmensos en el vivir”
de fragmentos recompuestos arbitrariamente.
Ráfagas que enlazan aromas
con sus luces y sus sombras
con sus recuerdos y sus inventos.
Construidos a base de guijarros
sin argamasa ni mortero,
sin cemento ni cimiento.
Ilusionistas con chisteras sin razón ni consuelo.
Sutilmente posado sobre la existencia,
equilibrando el latir y el partir.
Funambulistas de los sentidos.
Trapecistas del suelo y el sueño.
Malabaristas de aire y realidad.
Contorsionistas del puedo sin quiero.
¿Quién necesita 90 minutos
si, al fin y al cabo, diez segundos
bastan para cortar el aliento?





lunes, 25 de marzo de 2013

ENf(l)OCADA



Tambor de eco en pecho.
Tararú devanándose en el silencio.
Túnica rasgando el suelo.
Campana ronca.
Bronca carraca.
Oscuridad arrastrada.
Labios prietos, helados o arrebatados.
Paso agotado, boca sin resuello.
Esto es lo que veo.
Lo demás se me desenfoca.

sábado, 9 de marzo de 2013


Detener en el tiempo y el espacio
lo que crees ver
para que puedan observar,
analizar,
juzgar,
alabar,
despreciar,
rentabilizar…
lo que tú nunca verás.
parar el aquí y el ahora
en el instante volátil.
mentiras,
ficciones.
sinsentidos.
Falacias.
Herejías.
Felonías.
¡Quiébrame la piel!
eso basta. 

martes, 5 de marzo de 2013

CLAMA


Clamaré y reclama
la palabra exacta,
esa que todos buscan
y que nadie halla.
Con liguero y botas de agua
esa soy yo:
confusa
                      y
                                                 abstracta.
De mis trenzas manan las palabras,
versos obtusos que nada cambian,
ni a mí, ni a ti, ni a nunca nada.
Esquivando rimas y vidas
en cada esquina agazapadas.
Quien me conoce
no
                  me
                                            aguanta.
Cavada y excavada
hasta encontrar el agua,
tanto me quieren que me malmatan.
Y muevo y remuevo
sílabas quemadas,
sinalefas del pensamiento
vomitado sin pausa,
atorados hiatos,
diptongos mohosos
en mi frigo,
en mi casa,
en mi cama.

Aclamaré y exclama
lexemas, 
                        sufijos,
                                                    prefijos, 
¡y Más!
.....Fijos.....
SuPreMas ideas, absurdas metáforas.
PreSuMas de nada cuando todo degrada.

Declama con rabia, con furia:
N_a_d_a _ C_a_m_b_i_a.