Ahora que nuestra vida vuelve
a su trabajo diario, sólo falta dar las gracias a todas esas personas que
habéis apoyado y confiado en este proyecto.
A quienes habéis compartido un día
tan especial (en la cercanía y en la distancia).
A quienes habéis hecho posible que
esta aventura haya sido tan fabulosa y con tan buenas vibraciones.
Y desde luego a quienes me leéis (aunque
no me entendáis).
Gracias
Lo especial de este libro es que no
hay que leerlo de principio a fin, que no hay que seguir un orden. Su lectura
puede ser perfectamente aleatoria porque no iba a alterar nada su esencia.
Al igual que las imágenes son
fragmentos de un todo, los poemas son también porciones de distintos momentos, que
entre sí no tienen ninguna relación y que tampoco la tienen con las fotografías
y que si en algún caso sucede ha sido totalmente fruto de la casualidad.
Es pues, un libro para disfrutar a
ratitos, para dejarse llevar por la evocación de texturas, por las sensaciones…
vamos, para sentir.