lunes, 17 de noviembre de 2008

BUSCANDO PALABRAS

Silvio Rodríguez dice que está buscando una palabra, yo ando buscando muchas, tantas como sean necesarias para explicarme a mí misma qué me está pasando. Y las busco y rebusco entre las hojas secas de un parque, entre las paredes macilentas de una gran casa, entre los rincones oscuros de los bares difusos por el humo...
Se toman determinaciones más o menos firmes movidos por un aliento de vitalidad que, en ocasiones, no son plenamente propios de nuestra persona, y de repente te encuentras con que, una vez cumplido lo determinado, tienes las manos completamente vacías y el corazón extraviado.
He dejado pasar muchos versos, les he dejado escaparse como quien, con resignación, deja que alguien se marche aun sabiendo que tú deseas alcanzarlo, aun sabiendo que el otro ansía que le alcancen. He dejado que se desvanecieran muchos pensamientos, profundos, sinceros. He omitido muchas preguntas escapándome, verdaderamente, escurriéndome como gota de lluvia por un cristal. En definitiva, he evitado cualquier acto que supusiera encontrarme frente a mí. Porque no sé a quien me voy a encontrar en frente mío, no sé como será su rostro después de tanto tiempo, porque ignoro el color de unos ojos que nunca he mirado directamente, porque no sé cómo pararme frente a mí y no gritarme, y no llamarme estúpida y no sentirme culpable por lo mal que convivo, porque no sé como decir a quien me encuentra que estoy bien y suene a cierto, porque no sé como poder aislarme de todos aquellos a los que les daña mi conversación ausente, mis respuestas esquivas, mis evasivas, en suma, mi poca atención, porque me he quedado desnuda en mi noche más oscura y fría, se me helaron las manos a la intemperie, me quedé sin fuerzas por una posición estática y aún así no he conseguido que una sola persona alcance a descubrirme. Y si pudiera, si verdaderamente pudiera, me pondría a dar puñetazos hasta que al estirar mis brazos no me tropezara con nadie, pero sé que no puedo.
Me gustaría pararme, no... miento... no quiero pararme, no puedo pararme, no ahora, no de momento, porque si me parara me daría cuenta de que bajo mis pies no hay nada, no hay suelo, no hay mar, no hay cielo, ni barro, ni siquiera el agujero de un pozo yermo. Si me parara me quedaría en el vacío, en el absurdo, me precipitaría hacia los abismos del enmascaramiento y entonces, todo lo hecho no habría sido más que un acto de sufrimiento gratuito. No puedo pararme, tengo que seguir hasta lograr que una de estas mañanas no me hiera tanto el daño que causo, y quizá después de eso, ponerme frente al espejo y saber quién soy, y tal vez después de esto, estirar mis brazos y saber que hay un sentido, breve, efímero, eterno, da lo mismo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

DESCENTRADA

Descentrada
Sin centro
Sin eje que te clave al suelo.
Sin un punto: línea equidistante
de todos mis extremos.
Pero ¿dónde está mi centro?
¿Está en tu salón, en mis recuerdos?
¿Está en mis inservibles versos?
¿Está en mi corazón, en el cerebro
o en el estómago que se retuerce
en noches sin silencio?
DES ------------------------------ CEN ---------- TRA ---------- DA
Sin centro
Sin aliento
Justificada a la izquierda
Alineada a la derecha
pero sin hallar mi /kéntron/
sin aguijón con el que clavarme al suelo,
al subsuelo
o al cielo.