jueves, 28 de agosto de 2008

NO TIRAR BASURA


No tires las penas al mar
porque las devuelven las olas
y te azotan horadando
el alma, lamiendo los recuerdos,
arrastrando con la resaca
las miradas calladas;
y con cada golpe
se erosiona el corazón,
se hacen huecos y cavidades
en tus venas.
No lances las penas al mar
porque la resaca las arrastra
de regreso a tu pecho,
aún más inmensas,
aún más furiosas,
más saladas, más amargas

más penas, aún, si cabe.

24-8-2008

Sólo tengo el desgarro
del llanto quedo en la garganta;
las palabras atoradas por la rabia
y los versos atascados en la culpa,
y el gemir, el gemido vacío
en la solitaria noche
con muchas manos ¡ya, sí!
pero al fin, llorando sola
y escribiendo a oscuras.
Y el dolor, el dolor
de haber roto lo que se ama
de haberlo tirado
cuando podría, tal vez, quizá...
cuando podía haberlo arreglado.
Y el espacio vacío en mi dedo
de tu alianza,
que es como haberme quitado
media alma,
que la otra media me la quedo
para el sufrir: el mío, el tuyo
y el de quien lo alcanza.
Y suspiro, suspiro porque no me llega el oxígeno,
porque no es suficiente todo el aire
para seguir viviendo,
y no bastan todas las lágrimas
para vaciarme el alma.
Y me prostituyo por un abrazo sincero
que no llega... que nadie paga
a cambio de mis palabras.

23-8-2008

viernes, 22 de agosto de 2008

NADA

Nada
Silencio.
Me empuja la noche frenética
y su siseo hueco.
Toc-toc... no responde
Silencio.
Merodean las lágrimas
por la noche yerta.
Los pies con ampollas.
Calle Mayor arrastrando las sandalias
a ritmo de tango de esquina.
Un chupito, una cerveza,
da igual... cualquier pócima.
Las calles de una ciudad
que se quedan pequeñas
de tantos pensamientos.
Silencio.
Nada.
Gimo porque gritar no puedo.
Me asfixio en la ceniza
de tantas horas dolidas.
Me subleva la oscuridad
y su susurro lento,
el rasgar de un folio,
el desacato de una pluma
que no ordena los sentimientos,
¡pues para qué te quiero!
Silencio.
Nada.
Silencio yermo.
Ando porque correr no puedo.
Dolor de cabeza por la resaca
del alcohol o de las lágrimas.
Sonrisa rescatada de no sé qué bolsillo
para la vecina, para el amigo.
Kilos de tristeza acarreados...
-¡Aprovecha para escribir algo bueno!
¡Hacedlo vosotros! Yo solo encuentro silencio.
Arrancadme las manos y aún el pecho
porque para qué lo quiero
si todo es silencio.
Nada y silencio y más nada,
otra botella vacía,
otro cenicero lleno,
otro corazón mutilado
a dentelladas de afecto.
Me quebranto los dedos
golpeando el suelo,
porque las lágrimas no sirven
para despegarlo del corazón.
Y zigzagueo tropezándome con brazos
que esquivo con pavor,
con ecos de ternura
que me quiebran en dos el alma
y me arrebujo en mi suelo sucio
para que nadie me mire, ni me hable,
ni me abrace si no piensa asfixiarme.
Y estrangula la alianza los sueños
y me aferro al amor, al sólo amor
de un instante de luz de tus ojos.
Y la alianza se me enreda en el cuello
y me asgo al dolor, al crudo dolor
de no volver a tener tu olor en mis dedos.
Y la alianza se me atora en la garganta
y lloro mientras me ahoga
sin intención de sobrevivir,
porque cuando los cobardes tomamos decisiones,
para arrancarnos las entrañas
apuñalamos a nuestro más amado unicornio.


21-8-2008

miércoles, 20 de agosto de 2008

HASTA LA ÚLTIMA GOTA


Nos hemos bebido hasta la última gota.
Nos hemos amado con todas las letras
y sus acentos.
Hemos retorcido y escurrido el alma
hasta dejarla seca y arrebujada.
Y, hoy, ya no tengo nada más,
no tengo nada que se asemeje
a la felicidad que tú quieres,
lo único que tengo son un manojo
de ideales tirados al hogar.


Nos hemos bebido hasta la última gota,
nos hemos saboreado con los ojos cerrados,
nos hemos palpado hasta el alma,
nos hemos amado con todas y cada una
de las letras del abecedario,
nos hemos vaciado para llenarnos de algo nuevo
y sin embargo seguimos huecos.

Cierra la puerta tras de ti
para que no entre en viento helado,
tranca la puerta al salir
para que el otoño no me encuentre
calentándome de recuerdos,
deja la llave en el felpudo
por si no sé salir de mí misma.

Te he bebido hasta la última gota de tu ser,
te he saboreado las lágrimas amargas,
te he palpado en las noches tristes
te he amado con todas y cada una
de las letras y sus acentos.

Me he retorcido y escurrido el alma
hasta dejarla sin sentido,
me he remendado y cosido
para poder vestirte a medida,
y hoy, ya no tengo nada que se asemeje
a lo que tú quieres,
hoy ya no reconozco mi reflejo
salvo por un manojo seco de ideales
que entre mis manos sujeto.


DESANGRADO SON

Ojalá pudiera ponerme frente a un folio en blanco y que se quedara impreso en él el dolor que siento y que soy incapaz de describir, que fueran saliendo uno a uno mis pensamientos y dejaran de estrangularme, de atarse a mi cuello hasta dejarme mareada por intentar seguir respirando cuando no hay razón para hacerlo. Me arde el pecho y desearía arrancármelo y echarlo lejos, lejos. Para que tu estuvieras de nuevo cerca, ahí dentro, dentro.
Me siento tan incapaz de escribir que me aferro a las palabras de otros...

Que es un desangrado son, corazón._ Silvio Rodríguez

Un corazón quiso saltar un pozo
confiado en la proeza de su sangre
y hoy se le escucha delirar de hambre
en el oscuro fondo de su bolso.
El corazón se ahogaba de ternura,
de ganas de vivir multiplicado,
y hoy es un corazón tan mutilado
que ha conseguido morir de cordura.

Hablo de un corazón que se defiende
de su vieja y usada maquinaria,
hablo de un parto en una funeraria
hablo de un corazón que no comprende.
Hablo de un corazón tan estrujado
tan pequeñín, tan pobre, tan quién sabe,
que en su torrente casi todo cabe
sea real o sea imaginado.

Al corazón le faltaba su oreja
y andaba distraído por la calle
estrangulando con pasión un talle
e incapaz de notar alguna queja.
El corazón de torpe primavera
hizo que le injertaran el oído
y tanta maldición oyó que ha ido
a que le den de nuevo su sordera.
Que es un desangrado son, corazón.

jueves, 14 de agosto de 2008

Sé que no lo sabes,
pero
me quieres queriendo a otra,
una que tiene mi cuerpo, mi sonrisa,
mis manos y sus caricias,
mis labios y sus besos,
pero que no soy yo,
que no tiene mi ser, ni mi latido,
que no respira el aire que yo inspiro
ni saben sus lágrimas a las que yo derramo.

Me echas y resulta que hoy me voy yo sola,
sin amigos que me despidan,
sin abrazos de consuelo,
sólo con una maleta llena de miedos,
porque al final, uno termina volviéndose,
encontrándose de nuevo,
sufriendo por dejarse olvidado en cualquier bar.

PARANOIA_ ÓRGANO VITAL

Hay un órgano vital en la especie animal (incluido el hombre) que es el corazón.
Hay un órgano vital en el ser humano: el estómago.
No sólo es el órgano que nos establece las pautas más necesarias para sobrevivir como es la alimentación, sino que es quién nos mueve en las impresiones y sentimientos. El plexo solar, centro de toda energía vital, se localiza aproximadamente por la boca del estómago... pero nosotros decimos que sentimos con el corazón, que vivimos con la cabeza...
El estómago nos estremece con el amor, la ternura, la delicadeza... y decimos te amo y nos emocionamos, incluso lloramos.
El estómago se estruja con la ira, la rabia, la violencia... y decimos te odio, y los sujetamos, incluso matamos.
El estómago se retuerce con los presentimientos, y te inmoviliza.
El estómago carga con nuestro estrés y tedio hasta que queda aplastado y te vuelve débil, te oprime y te sientes sin control sobre tu vida.
Hay un solo órgano vital que mueve al hombre, de donde manan los sentimientos, en donde brotan las impresiones, allá donde nacen las sensaciones: el estómago.

El mío está herido, tengo la aorta en obras y los sentimientos van y vienen del estómago a la cabeza sin una trayectoria coherente, aguantando embotellamientos y atascos en pleno mes de agosto. Las emociones rebotan y me hieren los ojos, y me amputan los dedos y me quiebran las rodillas. Tengo la aorta en obras y el corazón de mudanza y se me apilan todos los trastos viejos e inservibles en el alma y se me llenan de polvo y cascotes todas las lágrimas. Y me pongo un traje de fiesta para faenar, me tajo las manos para poner orden y desde el ocaso hasta la alborada me postro.

INSOMNIO DE UNA NOCHE DE VERANO EN UN PUEBLO CASTELLANO

Estoy mirando un cielo estrellado
en una noche calurosa de verano,
sin luna que distraiga,
sin casas que limiten,
oyendo el rumor del agua,
el sonido de los insectos y las ramas...
y no me nace la poesía;


Tengo el corazón de mudanza
y no sé en qué caja guardé
las palabras.

Y oigo las voces de la gente lejana
pero ninguna voz está
tan distante como la tuya;
y pienso en los cielos de agosto
que te di y lo ingratos que han sido
todos menos este.
Tengo el corazón de mudanza
y no sé en qué caja puse el alma,
no sé dónde embalé las lágrimas,
ni en qué baúl guardé
todo el amor que no te di.

Estoy mirando las estrellas
espejo de margaritas y trigales
y tengo el corazón tan enredado
que no me salen más palabras
que las que a diario trago.



*/*/*/*
Existe ese temor aprendido,
ese sujetar firme las riendas
para no tomar el cruce indebido
cuando se hace un viaje de ida y vuelta
(como por ejemplo: la vida)

Existe ese sabor amargo,
ese olor a rancio
de lo tristemente perdido,
de lo ingratamente maltratado
cuando se unen dos cuerdas de distinto ancho
(como por ejemplo: nuestras vidas)

Existe ese dolor en el pecho,
ese vacío en el alma
cuando no se sabe querer lo que se ama,
cuando no se puede amar lo que se tiene
(como por ejemplo: a ti)