martes, 24 de junio de 2008

AndaR

Dice una canción que el caso es andar, y ya ves, de las ciento de cosas que hoy he pensado y que he sentido, me he quedado ahí y me pregunto ¿de verdad lo importante es andar? Obviamente, alguien como yo, que me quedo estática en cualquier punto del camino, siempre contestará que no, que eso no es lo importante.
Pero si no sabes hacia dónde ir ¿de qué te sirve andar?
Luego hay que deshacer el trayecto recorrido y eso es muy doloroso porque según ibas caminando cargas en tu mochila muchas cosas, que cuando comienzas a desandar tienes que ir abandonando.
Por otro lado, si nunca nos decidiéramos o nos dejáramos llevar por los impulsos jamás nos moveríamos del sitio, ¡qué feliz me sentiría yo si esta pudiera ser una de las opciones de la vida!Pero es verdad, llega un momento en el que hay que andar y soy consciente de ello, por eso me quedo quieta, bien quieta, agazapada en el suelo, con las rodillas en el pecho y la cabeza agachada, y callo, y me calo y me hallo y me ajo y… callo hasta que olvido los latidos y así me quedo preguntando por mi camino, así me quedo hasta que andar es inevitable.
No sé si el caso es andar o lo importante es ser conocedor de los compañeros del trayecto. Yo sé que para mí el caso no es andar, que si hay que elegir, mejor quedarse quieto y curiosamente esto es lo que hago y no sólo metafóricamente, como soy tan tendente al “embobamiento existencial” suele pasarme que me distraigo y me pierdo de las personas con las que voy y yo siempre me quedo quieta, me espero allí donde me he perdido (o donde me han dejado olvidada) mirando como alelada en todas las direcciones pero sin ver nada.
¡Eh! Señor, ¿me has dejado olvidada? Que sepas que no tengo pérdida, estoy quieta aquí donde me dejaste.
Volviendo a la canción a mí sí me pertenece el paisaje porque lo empapo de poesía, sé que llevo un pesado equipaje que a veces me precipita al subsuelo en la noche larga y ansío comenzar mi peregrinaje, porque ser peregrino es conocer el camino que se debe seguir para llegar a un destino concreto.
El caso no es andar, porque personas como yo al andar por andar terminamos haciendo círculos que sólo construyen pozos.

lunes, 16 de junio de 2008

Llanura de esperanzas
arrulladas por el silencio.
Bosques de desesperanzas
simétricamente yertos.
Hileras de troncos perfectos
que descortezan tus ojos soberbios.
Bosques alienados
donde no se pierden
temores ni sueños.
Montañas rencorosas
que estrujan al corazón
hasta desvanecerse.
Nubes grises que retuerzo
y asgo hasta escurrirles
el llanto que absorbieron.
Meseta de esperanza
y bosques desesperanzados.

IN-JUICIO

Desestimo la emoción
de lanzarme a cuerpo abierto
al abismo ciego.

Golpeo con el mazo de la razón
y sentencio al corazón
con una orden de alejamiento.

Curso pliegos de descaros
sin otra intención
que retrasar el destino.

Y sentada en el banquillo
espero una sentencia de la vida.

(12-6-2008)

lunes, 9 de junio de 2008

A veces nos abrigamos con una toquilla deshilachada y sucia que nos cubre los hombros, cobijando sólo en parte nuestra necesidad.
A veces nos cubre la tristeza cuando ni si quiera parecía que tuviéramos frío.
Vives la espera de quien sabiéndose poseedor de nada se siente deudor de todo.
Pero a veces, mientras esperas en el umbral de la casa refresca
y te abrigas con toquillas de la abuela que te envuelven en su tristeza y su olor a rancio,
y coges ajadas mantas que no te cubren entera
y te enfrías
y te empapas
y te llenas de lodo en tu quieta espera al umbral de la puerta.
Y se te riega el corazón con esperanzas
y se te empapa el alma con desesperanzas.