martes, 10 de marzo de 2015

APATÍA ESTACIONAL

La primavera se me enreda
como una mala hierba
atravesándome los tobillos
y trepando hasta cubrir el pecho.

Hoy no me salvará el verde campo
ni el azul cielo,
siquiera los sombríos que conservan
la escarcha de un invierno
que me dejó el alma tibia,
dormida sin anhelos, en algún remanso.

Y sin querer hacerlo me escabullo
hacia la atonía de días raros,
de soles que me enojan
e impasividades que me afloran.

¿Cómo podar sin sajarme el pecho,
sin quebrarme los tobillos,
sin infertilizar el alma,
sin desollar las alas?

Como una mala hierba
(sin saber qué quedará de mí)
me cubre la primavera.

jueves, 5 de marzo de 2015

TORPEZAS

Quizá porque no sabes cómo hacerlo o dónde colocarlo,
sencillamente, lo dejas ahí.
Pero tropezándolo cada vez que caminas lo vas desparramando,
ensuciando las rendijas del suelo y salpicando los rodapiés de las paredes.
Y esas manchas son verdaderamente difíciles de quitar
(más aún por personal no cualificado para tales tareas)
de modo que cuando intentamos arreglar la marca del tropezón,
dejas en la pared, para siempre, muestras de tus torpezas
saltando a la vista de cualquier visitante de tu vida.
Pero hay quienes somos dados a los derramamientos
y al choque contra las cosas nuevas
que se nos ponen en nuestros trayectos habituales,
posiblemente, si anduviésemos con más precaución
podríamos evitar tales accidentes, pero no lo hacemos,
así que no resta más que proveerse de un buen kit de limpieza
que minimice los estragos causados por los arrebatos del pensamiento
y la falta de filtro en las palabras.