viernes, 28 de julio de 2023

NI ESA NI AQUELLA

 

Yo no soy esa que tú te imaginas, 
ni la que te imaginabas, 
ni la que te podrías imaginar.
Ni siquiera soy esa que yo me imagino, 
ni la que me imaginaba,
ni la que me quería imaginar.

Agotada 
de 
mí 
misma.

De tanto caminar en círculos
moldeé un hoyo en el alma.
Siempre por el mismo sendero,
igual un paso detrás de otro.
En la misma pose,
con el mismo peso,
milimétricamente calculado. 
Con la inercia rotacional de la rutina
y la fuerza centrípeta que jamás te lleva afuera.

Y como es lógico: vomité,
de tanto movimiento circular
se hizo el alma un tornado,
los ojos se nublaron,
atronaron los oídos,
y la lluvia enfangó el sempiterno círculo.

Ahora, embarrada, sé que no soy esa:
soy esta, 
la que vomita entre curva y curva
de una espiral.
Esta a la que la tiemblan las piernas
y se ahoga en la pereza.

¡ESTA! 
que de tanto ser nada creó un todo,
que nada abarca y todo lo abraza,
que todo lo abraza y todo esquiva,
que todo esquiva y nada agarra 
que todo lo agarra y nada sostiene
que nada sostiene y todo acapara
que todo acapara y nada retiene,
que nada retiene y todo quiere
que todo quiere y nada ansía
que nada ansía y nada tiene
que nada tiene y todo pretende
esta que, al fin, efímera desaparece.