martes, 10 de marzo de 2015

APATÍA ESTACIONAL

La primavera se me enreda
como una mala hierba
atravesándome los tobillos
y trepando hasta cubrir el pecho.

Hoy no me salvará el verde campo
ni el azul cielo,
siquiera los sombríos que conservan
la escarcha de un invierno
que me dejó el alma tibia,
dormida sin anhelos, en algún remanso.

Y sin querer hacerlo me escabullo
hacia la atonía de días raros,
de soles que me enojan
e impasividades que me afloran.

¿Cómo podar sin sajarme el pecho,
sin quebrarme los tobillos,
sin infertilizar el alma,
sin desollar las alas?

Como una mala hierba
(sin saber qué quedará de mí)
me cubre la primavera.

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